miércoles, 2 de septiembre de 2009

El silencio de los inocentes por Enrique Beas

Con una bebida llena de licor del 43 en mis manos y desgraciadamente no con documentos. Ahí veo la calvicie del malo. La chaqueta de los dueños del balón siempre en el fondo de la razón. Hablar es más caro que callar. Ahí donde se quemaban libros y mataban estudiantes se silencia el derecho, el respeto y la nula tolerancia de los cúmulos de poder. ¡Silencio! Silencio que nadie es culpable jamás. La especulación es la fuerza narrativa de este pueblo tricolor. Las patadas y la violencia, la impunidad y sus sanciones. Multas por el carro estacionado donde se puede parquear para que solo ganen unos cuantos. La bebida del licor del 43 llena, me permite conservar mi estado racional intacto, mi profesión me obliga a demostrar mis argumentos con datos duros que no tengo en mis manos. El diablo no necesitaba abogado, pero si la libertad y la expresión que no deben silenciarse. Ayer la federación mexicana de futbol le propinó una nueva multa a Chelis, seguro llorará de nuevo al pagar más de 350 mil pesos en menos de 3 meses, pero lo que duele más a mi persona y a él es el silencio. Así se maneja nuestro país, nuestra prensa, nuestros directivos y gobernadores, nuestras autoridades. No todos, pero si varios. ¡Silencio! Silencio que aquí en nuestro futbol nadie es culpable. Todo es sano, todo es transparente. ¡Bienvenidos, bienvenidos! Al eterno mundo donde el poder paga el silencio de los inocentes.


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