lunes, 21 de junio de 2010

Para que Beas el Mundial por Enrique Beas

Itinerario 7

La señora Tinao

Tres de sus hijos juraron fidelidad a su padre, hombre de ideas
revoltosas y jugador por la justicia y los derechos humanos. Simao
falleció un día que llegó a Sandton, barrio fino de Johannesburgo por
no dejar que se hiciera la construcción del centro de convenciones;
decía que ahí iría puro blanco a escuchar y politizar mientras el
negro sólo abriría la puerta y acomodaría sus Bentlys. De ese suceso
ya tiene más de trece años y Tinao ahora se dedica a los bienes y
raíces. Algo muy jugoso en estos días en esta parte de la ciudad. Es
sorprendente, hasta incomodo caminar o manejar por las calles del
Norte de Jobusrg (así se le dice a Johannesburgo acá) entre tanto
desarrollo del mayor lujo posible y puro coche arriba del millón de
Rands (millón doscientes y pico en pesos). Sorprende y me deja la duda
de que le pasará a esta nación que gritó y pidió la posibilidad de ser
anfitriones del gran mega evento del hombre pos moderno, qué harán
cuándo todos nos hayamos ido de aquí, quién se hará responsable de
todos estos gastos y cambios radicales en un pueblo donde la gran
mayoría seguirá siendo pobre, donde la mayoría de los niños blancos
seguirán creciendo de un lado y los otros del desafortunado lado de
siempre. ¡Bienvenidos, bienvenidos! A ese planeta FIFA que sólo toca
el oro que le conviene. Por cierto los tres hijos de Tinao se fueron a
luchar la guerra en Ruanda, no sabe si siguen vivos.

La siguiente fase

Preparando el itinerario para llevarlo hasta donde nos alcance la
selección nacional. México bebe de recuerdos y festeja a ratos. Ahí
seguiremos nuestras esperanzas. El tema mundial no es la verde que sin
duda sigue haciendo de las calles de metrópoli una sucursal del Ángel
de la Independencia en cada rincón donde haya cerveza y un lugar
cerrado para taparse del frío y cantar cuanta cosa se deje ser
entonada y modificada por la letra de los albures mexicanos. Llegó una
sudafricana blanca con Juan, amigo de toda la vida, no le dijo ni
siquiera su nombre y durante dos horas no se despego de sus labios.
Así de cálidas hay fiestas donde se ve que los mexicanos son
auténticos casanovas de cualquier nacionalidad, eso sí, la regla es
llevar sarape o sombrero charro, sino, te ven como un mestizo más que
esta apoyando a Honduras o en mi caso creen que soy de Argelia y primo
de Zidane, pero decía que el verdadero tema acá es el poco nivel y
aspiraciones que tienen en la siguiente fase los equipos africanos y
ahí sí podría perderse un poco la fiesta de estos rumbos, ya que la
venta de boletos sigue siendo pan calientito de todos los días sin
poder asegurar el lleno en un juego.

Condones contra violaciones

Otras de las cosas que me tienen más shokeado es el tema del SIDA acá.
Una gran cantidad de sudafricanos, estamos hablando del 13 por ciento
son portadores del VIH. Número oficiales, aunque hay otras cifras más
alarmantes donde indican que hasta un 35 por ciento de la población
esta infectada. La bronca no termina ahí, ya que el otro día en mis
caminatas por Sowoe, barrio popular de la ciudad, hablé con un grupo
de niñas zulus, dónde me llevaron a una de sus farmacias y uno de los
productos más vendidos son los condones contra las violaciones, son
latex que al momento de la violación sueltan un líquido que infecta el
pene y lo daña de manera permanente. Todo esto, es porque aunque ese
condón existe en todo el mundo, aquí con tanta persona infectada, ya
no se dan tantas relaciones sexuales entre parejas, misma razón hace
que el número de violadores entre los 18 y 35 años incremente y que
las niñas entre 11 y 15 años sean las principales víctimas. Una
desgracia más del bloque negro de Sudáfrica. Menos mal que Blatter
hará algo más que ganarse dinero de esta fiesta.


Contrastes

El caminar Sudádfrica ha sido una de las experiencias más
reconfortantes de mi vida. El grosor de la gente y de los medios
siempre llevaban el ideario hacia un país que refleja lo que su
continente vive, cifras que asustan a todas las culturas occidentales
para no voltearlo a ver. El Mundial fue el pretexto y Blatter el
primer valiente (gracias al dinero que le deja esto y al poder que
ganó) en confiar que esta zona geográfica podía sorprender a la
humanidad. Me quedó claro el día que me enteré que viajaría más de 25
horas para llegar a este lugar que sería frenética la aventura. Y sí
lo ha sido, más de una semana por estas tierras y ya más encanchado en
el terreno (aún con muchos problemas de logística para hacer mi
trabajo para mi programa de televisión), pude darme algo de tiempo
para dejar a un lado el futbol un día y caminar por las verdaderas
calles de Johannesburgo, no esas que han maquillado un país de pirmera
línea, un gigantesco centro comercial, edificios lujosos, desarrollos
de vivienda majestuosos y más hoteles que otra cosa. Después del EUA
vs Eslovenia en el Ellis Park en la misma ciudad del Soccer City me
asomé un poco más y me llevé la incógnita de lo que habría ahí. Al
regresar vi a una ciudad con la mirada de su gente perdida, rellenando
trabajos y tratando de sonreir por los miles de nuevos "policías" que
obligan a que el comportamiento sea el adecuado. En realidad todos los
sentimientos que me dejó esa caminta aún no los termino de canalizar,
en breve lo haga y se los comparto, por ahora sólo me siento tranquilo
por no quedarme en la orillita de este país que en verdad necesita que
lo volteemos a ver y no sólo a sus nuevos rascacielos. ¡Bienvenidos,
bienvenidos! A eso contrastes que da el futbol extracancha.




Bookmark and Share

No hay comentarios:

Publicar un comentario