sábado, 5 de junio de 2010

El octavo pasajero por Enrique Beas

La distorsión de la realidad es un juego que rompe el silencio. Ojos pardos y mentes abiertas. Los viajes cambian y alimentan el alma, jamás será lo mismo después de haberte subido a la aventura, conquistarla, morderla, abrazarla, levantarla. El hombre ha conocido a siete pasajeros, se dice que siempre serán ellos, se rumora que el pacto que hay entre su brillantez de juego y su brillo como joya es eterno. La Copa del Mundo, la Jules Rimet busca un nuevo dueño, la gran duda será si habrá un octavo pasajero.
Uruguay levantó la mano del Olimpismo y juntó sus glorias en 1930, se convertía en el primer pasajero, repitió la dosis en el famoso Maracanazo y de ahí despertó al gigante del futbol. Italia hizo lo propio y ganó dos seguidas en 1934 y 1938 en casa y en pleno fascismo; luego perfeccionaron su catenaccio en 1982 y 2006 para ser el segundo pasajero con más títulos. Alemania siempre imponente, disciplinada y luchadora consiguió el Milagro de Berna en 1954, sello característico para repetir la dosis en 1974 y 1990 para ser el tercer pasajero. Brasil, que puedo decir de la verdeamarela, sus hazañas son las grandes historias del nuevo mundo. 1958, 1962, 1970, 1994 y 2002. Un cuarto pasajero de 5 estrellas. Inglaterra con su siempre adoración a la reina y al balón, tomando té en casa y haciendo trampa en 1966 se convirtieron en el quinto pasajero. Argentina, fiel a su cultura futbolera que los representa como pueblo unido, esperaron la dictadura para coronarse en 1978 y a su dios en 1986 para ser el sexto pasajero. Francia siempre mordía la mano de los protagonistas pero no formaba parte del club hasta que en el Arco del Triunfo como testigo en 1998 se convirtió en el último pasajero, el séptimo.
Sudáfrica 2010 tiene una peculiaridad muy especial además de que es el primer Mundial en África, además de ser el más desorganizado y menos vendido. Es la justa que abre las puertas a un candidato fiel a la medianía que ha cambiado sus tradiciones y costumbres para abordar el vuelo de la gloria y convertirse en el octavo pasajero. Así es, hablo de España, la Madre Patria. (Hoy hay españoles campeones en casi todas las ideas deportivas). Otra oportunidad como esta será difícil que se le presente a la favorita y actual campeona de Europa, de no aprovecharla, para variar el Campeón del Mundo no será otro que los mismos pasajeros de toda la vida. ¡Bienvenidos, bienvenidos! Al vuelo del octavo pasajero despegando de Madrid a Johannesburgo.
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