La idea de ser melodramáticos tele noveleros es el paso real de nuestra sublime ficción al sentirnos muy mexicanos siempre que con espuma en los ojos y vestidos de charros verdes gritamos: ¡nos vamos al Mundial, nos vamos al Mundial! Horas más tarde de un espacio muy nuestro cada 4 años en el Estadio Azteca y como hace 18 años, la gente menor de 25 hasta ahora siempre hemos visto a una selección de futbol con el pase al Mundial acompañado de una fiesta nacional. Desde el dramático gol del abuelo, hasta la segunda salvación del ídolo del pueblo San Cuau acompañado del redentor del ideario azteca, un vasco de sangre Aguirre. Con eso es suficiente para que la industria y el pueblo sean felices. Hasta ahora la espiral de nuestro deporte nos permite luchar en la tierra de concacaflandia con mucho orgullo y comercializar la idea de jugar un quinto partido para vender paquetes turísticos que en esta ocasión serán safaris a nuestra elegante clase media alta y alta. Poner a nuestros 21 guerreros será de nuevo la tendencia en todas las cajas de cereales, latas de refrescos, cervezas, carros último modelo edición especial Sudáfrica y hasta en condones con la futura cara de Martín Galván (el niño que se quedó sin Mundial sub 17 por una bella dama en la concentración, eso es broma). Todos seremos de nuevo el equipo de todos, nos pondremos la verde y pintaremos nuestra cara para decir que estamos listos para la justa deportiva. Hoy mi intención no es derrochar pesimismo y contrariedad a la opinión publica general, sino buscar una lectura sincera de nuestra fiesta nacional. Buscar sinceridad a mis líneas y entender que aunque estemos festejando debemos de ser muy objetivos por muchas razones. Sé que el país, para variar no pasa uno de sus mejores momentos en su salud política, social y económica y que muchos se agarran de este equipo para salvar las penas y depresiones, pero sólo pido desde mi trinchera en este festejo que lo tomemos con calma, que sólo volvimos a vencer a los equipos concacafkianos, que el Guille sigue sin debutar, que Vela no es titular y Gio tampoco, que Osorio no sabe cuál es su futuro, es más, que San Cuau juega en la MLS y tendrá 37 años el próximo junio del 2010 en el Mundial. Le pido a la afición que no le crea todo a Televisa y a Tv Azteca, ya con lo obtenido hasta ahora estas dos empresas lograron lo que querían: tener el producto más redituable de cada 4 años para exprimir sus pautas comerciales con todas las marcas y ser rodeados de un grupo de especialistas que empezarán a decir que seremos campeones del mundo para vender más caros sus anuncios. Por ahora paso a paso, gocemos con toda la clemencia y alegría de nuestra fiesta nacional de cada cuatro años cuando gritamos todos: ¡nos vamos al Mundial, nos vamos al Mundial! ¡El Beas va a probar el chi…le nacional! ¡Bievenidos, bienvenidos! Al eterno mundo tricolor.
Navidad en Nueva York
Hace 11 años
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