jueves, 3 de diciembre de 2009

Sorteando la realidad por Enrique Beas

Los astros se reúnen cada ciclo mundialista en fechas decembrinas para pronosticar las tempestades. La formalidad de las sensaciones son negocios repartidos en industrias bien definidas con las tan sonadas bolas frías, calientes, ligeras o pesadas para ejercer competencias anunciadas. México espera con ansía y desde los últimos 16 años ese primer viernes del último mes del año venidero al Mundial para conocer las posibles estrategias no sólo deportivas sino comerciales. El negocio de esta maquinaria futbolera pasa más por las manos de las televisoras que por los pies de los futbolistas. El dinero invertido para la justa de cada 4 años es una mina de oro bruto que se va recuperando con creces de las grandes historias llenas de ilusión para que nuestra guerrera selección juegue un quinto partido que retaque comercialmente de dinero a los inversionistas de este jugoso y noble negocio siempre y cuando el equipo de futbol este enchufado. Mis intenciones de hoy no son reclamos, ya que gracias a esto no sólo las dos grandes televisoras ganan, sino también todo medio de comunicación que en sus contenidos hablen del Tri, mas bien mis posturas son para tratar de entender por qué tanta cobertura al simple sorteo, por qué tantos medios nacionales en Sudáfrica para cubrir en vivo el azar, las pelotitas y las selecciones con las que se va a jugar. Transmisiones maratónicas para darle color a un destino echado, con veladoras prendidas para que los bombos no sean tan duros y tratar de evitar a dos europeos fuertes, que la cabeza de serie sean los anfitriones y que a falta de asiáticos sea un africano débil. Además esta la otra postura, la valentona idea que venga el que sea, que si queremos ser grandes le ganaremos al que sea. La sorteada realidad de esto es la conveniencia propia, el dinero invertido y el actual nivel de nuestro equipo, esa formulita hoy pone a los dueños del balón en el entendido que hay que jugar mínimo un cuarto partido los mexicanos para salir tablas con las deudas; además en toda la aldea global, el espectáculo debe poner a los grandes en cuartos para una recuperación mundial del dinero puesto en escena, sino, ¿se imaginan unas semifinales entre Costa de Márfil vs Chile y Corea del Sur vs Suiza? No lo sé, no quiero generar la eterna teoría de la conspiración, pero sí se me hace una completa exageración lo que el viernes vamos a vivir en la cobertura de la agenda noticiosa con el grupo mundialista de México, cuando en países primer mundistas sólo será una nota más. ¡Bienvenidos, bienvenidos! Al mundo de las pelotitas que sortean nuestra realidad.




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