Junio-Julio
Los fragmentos paternos de aprendizaje son prioridades que generan vidas y discursos. El año 2009 tiene como cada año ese motor paternal para que en junio se den esas divisas para soñar en ser diferentes. Ahí, en ese polvo de tierra francesa batida la ilusión de la gloria se tiñó de relojes perfectos suizos que veían la hora para retar al destino, soñar con la nuevas oportunidades de ganar lo que nunca se había ganado: el Roland Garros. Federer seguía siendo el protagonista ideal de este año. Mismo mes para darle inicio al torneo del pasto sagrado y el torneo más emblemático del deporte blanco. Los destellos del 23 inmortal son retados a nivel existencial por el nuevo heredero de la gran estirpe basquetbolera: the King James no pudo con el paquete y la magia de Orlando se coló a esa final para intentar frenar a la dinastía de la franquicia en la Meca del cine, pero los Lakers hicieron lo usual de su historia, levantaron un título más para una banderilla colgada con el número 2009 en el Stapless Center. La gran reflexión del año se daba en este mes, ver de lejos la Copa Confederaciones cuando hace 4 años éramos la crema y nata de la Concacaf, saber que el rival odiado jugó contra Brasil, Italia, España y de nuevo Brasil para ser subcampeones de esa gran prueba para aclimatar las ideas mundialistas. Al final y como casi siempre ganó Brasil, pero Estados Unidos hizo que el mundo hablara de Landon Donovan y no de Andrés Guardado para meternos más temor para la fecha importante del 11 de agosto. ¡Cómo se extrañó ir a Sudáfrica para jugar con los campeones de cada confederación! ¡Bienvenidos, bienvenidos! Al mágico mes paternal de las reflexiones a mitad de año.
Siempre que las miradas juegan con el destino en fecha y hora exacta aparece lo sublime, la mentalidad agarra posturas llanas que no concuerdan con lo gigante del evento. Las palabras sobran para romper registros entablados en el tiempo, por todos sus factores la hora inglesa del té presenció de manos de Roger uno de los juegos de la década. Roddick digno rival no aflojó su destino y lloró al final, Sampras entregó la copa y Federer levantó la historia del mejor tenista del mundo al ganar su quinceavo Grand Slam en Wimbledon. El mes de agosto siguió esa linea exacta de la inmortalidad. El ganador de la vuelta de Francia fue el español Alberto Contador, pero el recuerdo será para el texano que tocó el cielo con su bici y regreso para darle sentido a la lucha contra el cáncer. La brujita soñaba desde niño ser como su papá, en Argentina el evento más digno después de ser Maradona y ganar la Copa del Mundo, es ser vencedor de las ideas libertadoras. En Brasil se dio otro digno agarrón entre argentinos y brasileños, pero era hora de Juan Sebastián Verón, que levantó el título de la Copa Libertadores con Estudiantes de la Plata. Por cierto ese mismo mes, México le ganó a la segunda selección de Estados Unidos la final de la Copa Oro en un juego majestuoso por los verdes que le regresaron de a poco la confianza a la afición para volver a soñar con Sudáfrica. ¡Bienvenidos, bienvenidos! A ese inédito mes de leyendas universales.
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