martes, 17 de noviembre de 2009

Luto insípido e injusto por Enrique Beas



Las patadas del deporte y de la ciencia se unen pocas veces. La vida en su esplendor es materia orgánica que ejerce ideales mezclados de acción. El futbol como tal es la pequeña salvación del mundo moderno para desapegarnos de lo cotidiano y lo triste, pero la moda de la agenda deportiva noticiosa ya se acostumbra al relato de la desgracia, del joven atleta de alto rendimiento que vivió con males congénitos que lo llevaron a perder la vida de un paro cardiaco. Hoy le toca a un mexicano y los medios llenan sus contenidos del buen Tano, del hombre cavernícola que conquistaba las latitudes de la aldea global homosoccer, del joven que amaba la aventura, los riesgos y que era amigo de todos. El llanto es generalizado y la desgracia de la familia es irreparable. Siempre habrán dudas cuando se hable de las enfermedades crónicas con los protagonistas del modelo ideal de la salud, el deportista que entrena y vive para aguantar condiciones que sólo unos cuantos presumen. Las patadas del deporte y de la ciencia se unen pocas veces. Hoy el esplendor de una vida genera materia inorgánica que genera legados de razón y ya no de acción. Un sincero pésame a la familia De Nigris y un llamado a la ciencia y la medicina para que siga unida del deporte y trabajen de la mano para seguir siendo esa gigantesca industria que sea nuestra válvula de escape. ¡Bienvenidos, bienvenidos! A un luto insípido e injusto en el futbol mexicano.




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1 comentario:

  1. Fue un mal congénito? Fué un error médico? Ni siquiera se ha podido aclarar si fue dormido o se sintió mal y falleció camino al hospital. Que pasó realmente?

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