jueves, 4 de febrero de 2010

Maldito tiempo lineal por Enrique Beas

http://twitter.com/EnriqueVonBeas
Sumergido en anfetaminas por la maldita gripa y acompañado de ruidos estridentes de algo que llaman música independiente, puesto en ideas que nunca van pero que siempre vuelven en medio de la nada de un cuarto de redacción blanco esquizofrénico se me generan batallas épicas inolvidables, de otra era, en otro planeta. La rutina me ha matado, la agenda vacía de temas relevantes que provoquen como usualmente busco en mis discordias emocionales no las encuentro. Hoy soy un ente que siempre va, pero que nunca vuelve. El deporte es un catalizador de momentos para hacer eterno un instante. La pluma convencida de su tinta marcha en busca de batallas histéricas, sin cordura que publiquen caracteres y complementen la basura orgánica de los medios masivos de comunicación. Ahí el supuesto y el maldito tiempo lineal. Arranca ya el show de la Fórmula 1 y los reflectores están puestos en la última gran pelea que perdió el mejor de todos los tiempos, Michael Schumacher enfrente del español Fernando Alonso. Fueron dos años donde el reinado fue puesto en duda, donde la grandeza cedió sutileza a la expresión de un nuevo caballero listo para las grandes portadas del deporte motor. El 2010 será anecdótico con el simple hecho de ver en un Mercedes a Shummi pelear circuito a circuito con Alonso arriba de la monoplaza más emblemática del show de la ingenierías: en un Ferrari, así es, en el “Cavallino Rampante”, silla irremplazable del alemán. El mundo de las comparaciones es estúpido, pero los deleites en las simulaciones provocan su buen debate. Algunas de estas que por ahora pasan en mi cabeza: ¿hubiera perdido Shummi contra Alonso en sus años de monopolio? ¿Julio César Chávez hubiera salido destrozado por Oscar de la Hoya en el año 1990? ¿Michael Jordan le hubiera ganado la final de la NBA al Magic Johnson en 1988? ¿El América de los años 80s le hubiera quitado un título al gran Campeonísimo, a las Chivas de los años 60s? ¿Roger Federer hubiera tenido su enorme legado jugando al mismo tiempo que Pete Sampras? ¿Joe Montana hubiera logrado sus cuatro anillos si Brett Favre ya estuviera activo para esas fechas? ¿Michael Phelps seguiría siendo el hijo de Poseidón de haber competido en las piscinas australinas en la mejor etapa de Ian Thorpe? Es mas, ¿Cuauhtemoc Blanco le hubiera metido un penal a Jorge Campos en 1994? Es por eso que el día que en mis clases de filosofía me decían que el tiempo también es espacial, siempre contestaba que hubiera sido lo ideal. ¡Bienvenidos, bienvenidos! Al mundo que dicen real que vive en hora y tiempo lineal. ¡Qué lástima para el mundo deportivo!

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